Es en diciembre,
cuando los olivos se tatúan
amor de madre en las ramas
que lesbianamente se abrazan.
Cuando emergen las brumas
y la escarcha de plata
azucara la hierba.
Es en diciembre,
cuando beben los peces en el río
y el burro anda más deprisa
porque llegamos tarde,
siempre llegamos tarde.
Es en diciembre,
cuando las raices se reestrenan,
cuando despierta la gran caja de cartón
en el altillo del armario
y renueva su parto de luz,
de colores esféricos y guiños dorados.
Es en diciembre,
cuando la nieve es harina,
el musgo pradera
y papel de aluminio el río.
Cuando se pone un cubierto más en la mesa.
Es en diciembre,
cuando toman el poder
los súbditos del balcón y la chimenea.
Papeles de colores,
muñecas y bicicletas.
Es en diciembre,
cuando clausura y proyecto,
recuerdo y esperanza,
desnudos nadan en la misma alberca.
Si eres niño, sonrisas;
los viejos suspiran.
El almanaque amarillea.
Es en diciembre
cuando más duele la lejanía,
cuando más huele a tierra.
Es en diciembre
cuando más presente es
tu ausencia.
Manolo Benages
muy dulce
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