Mis espejos de papel

Los espejos siempre han tenido algo de mágicos: te dicen quién es la más guapa del reino, te introducen en un mundo paralelo o no te devuelven el reflejo si eres un vampiro. Pero los espejos, en realidad, no poseen magia, ni sentimientos, ni siquiera imágenes. Somos nosotros, los que nos asomamos a ellos, quienes lo hacemos cargados de imágenes, de sentimientos y de magia. Cada uno de nosotros tenemos el poder de ver en un espejo lo que deseamos ver. El decepcionado que lo rompe, sólo desea romper su cara; el narcisista que lo besa es a sí mismo a quien besa..
... Pero hay unos espejos que sí que tienen magia, sabiduría, sentimientos, historia e historias: los espejos de papel.
Esos papeles repletos de letras en las que podemos ver reflejadas todas las imágenes del universo, de ahora y de todos los tiempos. Esos espejos de papel en los que nos vemos tal y como somos, como fuimos, como podríamos ser, como nos gustaría ser...
Esos espejos de papel en los que cabe todo lo bueno y malo de la humanidad, todos los monstruos y los ángeles de la historia: lo más sublime y lo más rastrero, lo más antiguo y lo aún no nacido... Solamente hay una cosa, y sólo una, que no pueden reflejar esos espejos: la ignorancia.
Mi casa está llena de libros. Mi casa es la casa de los espejos... los espejos de papel

lunes, 19 de septiembre de 2011

AMANECER EN LA CIUDAD

Aquel amanecer de un azul desaliñado
me mostró las frías esferas
ocultas tras impasibles párpados de hormigón.
Entre eructos de persianas sorprendidas
y quejidos de postigos agazapados,
se tendían los bostezos al sol.
Aún las calles eran ecos,
los parques palpitantes recuerdos
de risas, carreras y balón.
Ni un canto de nubes nuevas,
ni susurros de hojas descosidas.
En fuga pesadillas sin decir adiós.
La ciudad devoraba el horizonte,
perpétua monotonía moldeadora
de aroma, cadencia y color.
Tus ojos renovados, ávidos y fugaces
se abrieron con una estocada de luz,
abrazo de saeta matutina
que, fecunda, penetró tu balcón.
Acratas cabellos enraizando en tu almohada.
Tu piel, promesa de prohibida seda,
abarcador continente de mi corazón.
Nunca el despertar tuvo una sonrisa tan bella
en el amanecer de un azul desaliñado.
                           ...Pero allí no estaba yo.



Manolo   Benages

1 comentario:

  1. ES CASI UN CUADRO, CON ESAS IMAGENES TAN BIEN DESCRITAS. y EL VERSO FINAL ES UNA PASADA, EL COLOFÓN, EL RESUMEN, EL PORQUÉ DE TODO EL POEMA...

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